Y juntos gritan: ¡que viva
la Virgen de la Amargura!,
que es la amargura la oscura
idea que les motiva.
La tristeza siempre arriba
e ignorado el regocijo,
que el rebaño sigue fijo
a ese credo del dolor,
tan ajeno del amor
como está del Padre el hijo.
Jesús María Bustelo Acevedo
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