El útero y el Lutero
conversaban en la noche,
y le hizo aquél un reproche
cuando éste le puso un pero:
tú, que combates el clero,
si piensas tener el don
de adornar mujeres con
cabeza de cabezota,
ignoras con eso, idiota,
que el rey es el corazón.
Jesús María Bustelo Acevedo
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario