Te digo, Charles, sin encono,
y al decírtelo me alegro,
que, mucho más que el del negro,
tu busto me evoca al mono...
¿Fue por eso que en el trono,
cual la Iglesia en el ayer,
al hombre (¡no a la mujer!)
pusiste del Universo,
aun siendo lo más perverso
que en el mismo puedes ver?
Jesús María Bustelo Acevedo
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