¡Vivaldi y Vivaporú!
¡Vivaracho y Vivaracha!
¡Vive, muchacho o muchacha,
porque la Vida eres Tú!
Tú eres tu propio gurú,
tan vívido y vividor
como el vino del Amor,
que se bebe y no se explica,
porque embriaga y vivifica
si el que vino es el Señor.
Jesús María Bustelo Acevedo
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