Muchos cuentan, además,
que hasta al mismísimo Poncio
por poco le da un soponcio
cuando escuchó: ¡Barrabás!
-Si es un ladrón, nada más,
y éste es tan sólo un maestro
en lo ajeno y en lo nuestro
que de Dios dice ser Hijo...
¡Yo os pongo el crucifijo,
pero el crimen siempre es vuestro!
Jesús María Bustelo Acevedo
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