Una Virgen de madera,
hueca, sin alma, vacía,
nefasta superchería
que el gaditano venera;
una María embustera
que hipnotiza la razón,
torna en odio la oración,
vuelve en tinieblas la luz,
espada la santa cruz
y coraza al corazón.
Jesús María Bustelo Acevedo
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