Estoy estudiando el Tao,
y medito en cuanto leo,
y ahora claramente veo
que andaba encarajotao:
pensaba que todo el vaho
que impedía mi visión
era ajeno a mi razón,
y ahora sé que este espejismo,
que era espejo de sí mismo,
lo disipa el corazón.
Jesús María Bustelo Acevedo
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