El tiempo con su segur
mata todo lo que importe
a quien se sienta del norte
y a quien se sienta del sur,
mas, con la verdad, ¡agur!,
que no existen temporales,
con sus mieles y sus males,
en la plenitud eterna,
ni en la república interna
suceden secuencias tales.
Jesús María Bustelo Acevedo
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