Estaba escuchando Jazz
el hábil Guillermo Tell,
y al percatarme de él
de robarle fui capaz
ese momento feraz
que gozaba en su cantón;
lo canté, de corazón,
y de un artilugio inmóvil
me encontré en la vida móvil
sin el perdido eslabón.
Jesús María Bustelo Acevedo
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