Tengo ganas de llorar,
y en verdad no es de alegría,
y no hay pena que sea mía
ni suspiro por penar;
si se vino a equivocar
en su senda tal quebranto,
yo no me equivoco tanto
pa saber que no es mi pena,
y la pienso expulsar plena
de mi alma con mi llanto.
Jesús María Bustelo Acevedo
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