¡Es la Virgen del Rocío!,
¡es la Virgen de la Lepra!,
y el rebaño simple trepa
pa arrastrarla entre el gentío;
es su credo, que no el mío,
y es su meta y es su etapa
y es la fe que marca el papa
en su imperio sin amor,
y ellos, llenos de dolor,
gritan: ¡guapa, guapa y guapa!
Jesús María Bustelo Acevedo
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