No te toques más el pelo

No te toques más el pelo,
que me pongo muy nervioso,
y aquello que está en reposo
se me levanta hasta el cielo,
y es entonces cuando vuelo
a tu celeste mirada,
me empapo en la mar salada
que tus labios rojos den
y se convierte en Edén
aquello que no era nada.

Jesús María Bustelo Acevedo


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