Que no ha sido un hombre anónimo
el que la calle limpió:
¡Pablito lo consiguió
en cuanto entró en San Jerónimo!
Porque Pablito es sinónimo
de orden, sometimiento
y devoción a ese invento
que todos llaman sistema...
¡Y el resto es este poema
que nunca valdrá un pimiento!
Jesús María Bustelo Acevedo
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