Pues no, no estoy disgustado
por la razón que imagino,
que esa pena que me vino
me vino por otro lado;
pues la causa del enfado
no es más que fe en el dolor,
y en la culpa y el terror
de verse en la soledad
que niega la libertad
de la dicha y el amor.
Jesús María Bustelo Acevedo
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