Cásate y sé sumiso,
obedece a esa Diosa
que en tu pecho reposa,
pues tu sino lo quiso;
goza del paraíso
del hogar, que es eterno,
y que al más crudo invierno
hace grato en su ciencia;
¡da al Amor obediencia,
porque el resto es infierno!
Jesús María Bustelo Acevedo
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