La verdad, yo no me explico
como ese loco de Nietzsche
en su rencoroso afiche
le pudo llamar borrico
al alemán, pobre o rico,
sin respeto a ese animal,
que de todo bien y mal
más allá, en su mansedumbre,
del saber toda la cumbre
nos comparte por igual.
Jesús María Bustelo Acevedo
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