No te toques más el pelo

No te toques más el pelo,
que me pongo muy nervioso,
y aquello que está en reposo
se me levanta hasta el cielo,
y es entonces cuando vuelo
a tu celeste mirada,
me empapo en la mar salada
que tus labios rojos den
y se convierte en Edén
aquello que no era nada.

Jesús María Bustelo Acevedo


¡No hay dolor!

Si vemos con amor,
es amor lo que vemos,
que en el amor podemos
saber que no hay dolor,
como dijo el actor
en mitad de su duelo,
y eso es raro, me huelo,
mas normal en la Tierra,
que si el mundo es la guerra,
el amor es el Cielo.

Jesús María Bustelo Acevedo

Poncio Pilatos

A Jesús dijo Pilatos
por pura curiosidad:
"Cuéntame, ¿qué es la verdad?
Si no respondes, te mato..."
"¿Qué es eso, qué truco o trato
asesino y fanfarrón
un Pilatos preguntón
ha puesto delante mía?
¡Si jamás preguntaría
la verdad del corazón!"

Jesús María Bustelo Acevedo

Mensaje de Navidad de S.M. el Buey

Mensaje de Navidad
de Su Majestad el Buey,
que, saludando a la grey,
quisiera felicidad,
alegría y libertad,
desearos, con la chula
pareja mía (la mula),
y amor, salud y esperanza
de la que triunfos alcanza
y por la verdad postula.

Jesús María Bustelo Acevedo

El Perdón

He decidido hoy
brindarle mi perdón,
y en él la salvación
a mí mismo me doy.
Él va donde yo voy,
que es allí donde la
verdad de todo va
abrazada a los dos,
tal cual la hiciera Dios,
que así nos salvará.

Jesús María Bustelo Acevedo

¡Surcando la Galicia!

Como un cometa, vago
por toda la Galicia,
porque es una delicia
llegar a Santïago;
presente allí, ¿qué hago?,
que el que se para, yerra:
caminaré a Fisterra
(o sea, Finisterre),
que el menda, erre que erre,
va hasta el fin de la Tierra.

Jesús María Bustelo Acevedo

11-12-13

Once del doce del trece,
escalera a un año nuevo,
puesto que subiendo llevo
desde enero, y me parece
que aquel que sube es que crece
cuando sabe compartir,
que con partir del sufrir
que a ningún destino lleva
toda entera se renueva
la alegría de vivir.

Jesús María Bustelo Acevedo

Perra Sumisa

La llamas sumisa perra
y desprecias cuán leal
es ese honrado animal
que un alma divina encierra.
Pues yerra tu pluma, yerra,
por más que exprimas, burlón,
de la inventiva tu don,
pero peor es el yerro
de no parecerte al perro
con su noble corazón.

Jesús María Bustelo Acevedo